¿Sientes un peso invisible? Hablemos de la depresión en nuestro mundo y en nuestra ciudad.


Desde hace un tiempo, y especialmente después de la sacudida que supuso la pandemia para todos, flota en el aire una sensación particular. Es una especie de fatiga que no se va con el descanso, una tristeza sorda que aparece sin invitación o una desconexión con un mundo que parece moverse a una velocidad distinta a la nuestra. No es una impresión aislada: en México, la prevalencia de este trastorno se duplicó desde 2019. Quizás te has preguntado si es solo una mala racha, el cansancio acumulado o algo más profundo.

Esa pregunta resuena en muchos de nosotros. No es un fallo personal ni una debilidad; es el eco de una condición de salud extendida en nuestro tiempo: la depresión. Lejos de ser un defecto de carácter, es una respuesta humana y compleja a factores biológicos, psicológicos y sociales. El creciente número de personas que buscan respuestas es un reflejo de esta necesidad colectiva de entendimiento y apoyo. No es casualidad que las solicitudes de atención con psicólogos en León hayan crecido tanto; es una señal de que, como comunidad, estamos empezando a buscar las palabras para nombrar ese peso invisible.


Más Allá de la Tristeza: ¿Qué Es Realmente la Depresión?

Es fundamental entender que la depresión no es simplemente estar triste. La tristeza es una emoción humana, natural y necesaria, que responde a una pérdida o a un evento doloroso. Si la tristeza es una lluvia pasajera, la depresión es un clima constante que cambia el paisaje de nuestra vida interior. Es un trastorno del estado de ánimo que se instala, tiñendo la forma en que pensamos, sentimos y funcionamos en el día a día. Además, es una condición que no afecta a todos por igual: las estadísticas muestran que las mujeres tienen tres veces más probabilidades de sufrirla que los hombres, especialmente en los grupos de edad de 40 a 59 años. Los expertos señalan tres síntomas principales que, juntos, encienden una alerta:

Cuando este trío de sensaciones se presenta de forma conjunta durante al menos dos semanas, es una señal clara de que podríamos estar frente a un trastorno depresivo que requiere atención. No es algo que afecte a unos pocos; es un fenómeno global.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es un trastorno mental que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo.

Para ponerlo en perspectiva, esto significa que más del cuatro por ciento de la población mundial vive con este cuadro, una cifra que nos invita a la reflexión y a la empatía.


Los Rostros Ocultos: Síntomas que No Siempre Se Ven

La depresión no siempre se manifiesta con lágrimas. A menudo, sus síntomas más difíciles de identificar son los que se esconden en el cuerpo y en la mente, afectando nuestra capacidad para vivir plenamente. Es un ladrón silencioso de energía, de claridad y de conexión. Además de lo emocional, puede presentarse de estas maneras:

Estos síntomas no son abstractos; se traducen en experiencias cotidianas que nos aíslan y nos desgastan. Es olvidar una cita importante, sentirse demasiado agotado para encontrarse con amigos, o no poder decidir qué cenar porque el esfuerzo mental parece abrumador. Es vivir con un ruido de fondo que lo complica todo.


Una Realidad Cercana: La Salud Mental en Nuestra Comunidad

Este fenómeno global tiene un rostro muy local. En nuestra ciudad, la conversación sobre salud mental está cobrando una urgencia necesaria. Según estimaciones de organizaciones locales, entre el 10 y el 15 por ciento de la población de León padece trastornos como depresión o ansiedad. Esta cifra no es solo un número; representa a vecinos, amigos y familiares que a diario se preguntan si hay "psicólogos cerca de mí" que puedan entender lo que sienten.

El hecho de que las solicitudes de atención psicológica en León aumentaran un 200% y las psiquiátricas un 57% entre 2024 y 2025 no debe verse solo como una crisis, sino también como un paso valiente. Es una respuesta directa y esperanzadora de nuestra comunidad frente a una tendencia nacional alarmante, la evidencia de que el estigma se está rompiendo y más personas se atreven a buscar ayuda. La gravedad del problema a nivel nacional nos recuerda por qué esta apertura es tan crucial.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) vinculó el aumento de la depresión en México con un incremento del 24 por ciento en los suicidios durante los últimos tres años.


El Primer Paso: Romper el Silencio y los Prejuicios

Uno de los mayores obstáculos para tratar la depresión no es la enfermedad en sí, sino el miedo que la rodea. El temor a ser etiquetado, la preocupación por los tratamientos o el prejuicio de que los antidepresivos te "convertirán en zombi" son barreras que impiden a muchas personas pedir ayuda.

Es hora de entenderlo de otra manera: buscar apoyo psicológico o psiquiátrico es un acto de profundo autocuidado y amor propio. No es una señal de debilidad, sino de la fortaleza que se necesita para cuidar de uno mismo. Un tratamiento integral, que a menudo combina la psicoterapia (el trabajo con la palabra y la escucha) con la psicofarmacología (un apoyo químico supervisado por un profesional), ofrece los mejores resultados. La depresión es una enfermedad tratable, y como señalan los expertos, existen muchas opciones terapéuticas eficaces para recuperar el bienestar.


Nombrar el Peso para Poder Soltarlo

Reconocer la depresión, ponerle nombre y entender sus múltiples rostros es el primer paso para poder manejarla. No se trata de "echarle ganas", sino de comprender que estamos ante una condición de salud que merece ser atendida con la misma seriedad que cualquier otra enfermedad física. Hablar de ello, sin miedo y sin juicio, nos permite empezar a soltar ese peso invisible que hemos cargado en silencio.

Y ahora que lo hemos puesto en palabras, ¿qué historia te estás contando sobre tus propias emociones?