¿Por Qué Me Siento Así? Entendiendo la Ansiedad y Depresión en Nuestro Día a Día
Esa Sensación que No Tiene Nombre
Estás en medio de tu día. Quizás respondiendo un correo, preparando la comida o simplemente detenido en el tráfico. De pronto, una ola de inquietud te recorre el cuerpo. El corazón se acelera, un nudo se forma en el estómago y una sensación de pesadumbre tiñe tus pensamientos. No ha pasado nada grave, no hay un peligro inminente, pero el malestar está ahí, presente y abrumador. O tal vez es una desmotivación persistente, una falta de interés por las cosas que antes disfrutabas, como si la vida perdiera su color poco a poco. Si esta escena te resulta familiar, no estás solo. Son experiencias que miles de personas viven a diario, a menudo en silencio, y que señalan la presencia de dos de los desafíos de salud mental más comunes de nuestro tiempo: la ansiedad y la depresión.
¿Qué es la Ansiedad en Realidad? Más Allá de los Nervios
La ansiedad: una alarma que no deja de sonar
Especialistas del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” definen la ansiedad como una respuesta natural del organismo ante la preocupación, el miedo o la presión. Es un mecanismo de supervivencia que nos prepara para reaccionar. Sin embargo, cuando esta respuesta se vuelve constante, excesiva y desproporcionada ante los estímulos, puede convertirse en un trastorno.
Imagina que tu mente tiene una alarma contra incendios. Es increíblemente útil si hay fuego real. Pero, ¿qué pasa si esa alarma se activa no solo con el fuego, sino también con el humo de una tostada quemada o incluso con el vapor de la ducha? De pronto, la alarma que debía protegerte se convierte en una fuente constante de estrés y agotamiento. Así funciona un trastorno de ansiedad: la alerta se queda encendida, generando una cascada de síntomas físicos como taquicardia, opresión en el pecho, mareos, sudoración, adormecimiento de manos y una persistente tensión muscular, sin que exista una amenaza real que lo justifique.
Según datos de la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE) 2021 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México el 19.3% de la población adulta padece síntomas severos de ansiedad, y más del 30% los presenta de forma leve o moderada.
La Depresión: Cuando la Tristeza se Queda a Vivir.
La depresión: el mundo en escala de grises
Es fundamental diferenciar un estado de ánimo decaído pasajero de un trastorno afectivo persistente. Sentirse triste tras una mala noticia es normal; que esa tristeza se instale durante meses, interfiriendo con tu vida, es una señal de alerta. La depresión es más que tristeza; es un trastorno que incluye una falta profunda de interés por todo, sentimientos de vacío, llanto, una visión negativa de uno mismo y del mundo, y alteraciones del sueño.
Este trastorno no tiene una única causa, sino que se debe a un conjunto de factores biológicos, experiencias traumáticas y sucesos estresantes. A menudo, se inicia por un evento adverso, como la pérdida de un ser querido, un cambio drástico en la vida o la pérdida del empleo, que actúa como detonante en una persona con cierta predisposición. La vulnerabilidad, sin embargo, no se distribuye por igual; las mujeres muestran una incidencia marcadamente mayor.
Las cifras oficiales en México revelan una profunda disparidad de género: dos de cada 10 adultos presentan algún tipo de depresión, pero las mujeres representan el 78% de los casos diagnosticados.
El Eco del Trabajo y la Vida Moderna en Nuestra Mente
Nuestro ritmo de vida: ¿combustible para la ansiedad?
Las presiones de la vida moderna, y en particular el estrés laboral, son un factor de riesgo clave tanto para la ansiedad como para la depresión. México es uno de los países que presenta mayor fatiga por estrés laboral, con estimaciones que indican que cerca del 75% de los trabajadores lo sufre. No es casualidad que el grupo de edad más afectado por problemas de salud mental sea el de 30 a 49 años, una etapa de la vida donde las presiones laborales y familiares alcanzan su punto máximo. Esta sobrecarga constante es un detonante que lleva a muchas personas a buscar apoyo profesional, impulsando la necesidad de encontrar psicólogos en León y otros centros urbanos del país.
Este dato no es aislado. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los mexicanos son quienes más horas trabajan al año en promedio. Esta dedicación extendida, a menudo sin el descanso y la recuperación adecuados, disminuye la calidad de vida y predispone al desarrollo de malestares emocionales que pueden evolucionar hacia un trastorno mental.
¿Por Qué Cuesta Tanto Pedir Ayuda? El Miedo y la Espera
El largo camino hacia el diagnóstico
A pesar de su alta prevalencia, en México los trastornos de ansiedad y depresión pueden tardar hasta ocho años en ser diagnosticados. Una de las barreras más grandes es el estigma social. El temor a ser juzgado, etiquetado o incomprendido a menudo provoca que las personas enmascaren sus síntomas o eviten buscar ayuda profesional.
Esta situación se refleja en cifras contundentes: solamente el 30% de las personas que padecen estos trastornos reciben atención profesional, y de ese pequeño grupo, apenas un 6% llega a un servicio de psiquiatría. El simple acto de buscar ayuda, incluso teclear en un buscador ‘psicólogos cerca de mí’, puede sentirse como una barrera insuperable, pero es un primer paso fundamental hacia la recuperación.
La Esperanza en los Datos: No Estás Solo en Esto
Reconocer para sanar
Validar tu experiencia es el primer paso. Si has notado alteraciones en tu sueño, cambios en el apetito, problemas de memoria o una persistente falta de energía, es importante que sepas que no son signos de debilidad, sino síntomas clínicos que merecen atención. La detección temprana es clave para una recuperación más rápida y efectiva. Buscar ayuda no es un acto de fracaso, sino de valentía y autoconocimiento.
En el estado de Guanajuato, las cifras oficiales revelan una realidad compartida por miles: se han confirmado más de 75,000 diagnósticos de depresión y más de 97,000 de ansiedad. En este contexto, la búsqueda de apoyo es más común de lo que se cree. Tan solo en la ciudad de León, los servicios de salud mental otorgaron más de 17,000 consultas psicológicas en un año, demostrando que miles de personas dan el paso de buscar apoyo. No estás solo en este camino; eres parte de una comunidad que cada vez más reconoce la importancia de cuidar su bienestar emocional.
Una Invitación a la Autoexploración
Entender qué nos pasa es el primer paso para transformar cómo nos sentimos. La ansiedad y la depresión no son identidades, sino condiciones de salud que, con el apoyo adecuado, pueden ser manejadas. Escuchar las señales que nos da nuestra mente y nuestro cuerpo es un acto de profundo autocuidado.
¿Y si este malestar que sientes no fuera una sentencia, sino una invitación a escucharte y entender qué parte de tu vida pide ser transformada?